Protocolo básico en las empresas de limpieza de oficinas

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Las empresas de limpieza de oficinas necesitan seguir al dedillo una lista de tareas básicas y unos tiempos para completar su trabajo con eficiencia y la máxima calidad para sus clientes. Estos son los pilares básicos de esa lista de actuaciones.

Los centros de trabajo y las oficinas son uno de los puntos fuertes de las empresas de limpieza especializadas y con experiencia como Resolution. No importa el número de trabajadores, las dimensiones del espacio o su distribución. Lo verdaderamente imprescindible es conocer sus peculiaridades, elaborar un protocolo de actuación y ponerse manos a la obra para dejar impoluto hasta el último rincón de las instalaciones de manera eficiente y sigilosa.

De hecho, una de las máximas de estas tareas de limpieza en entornos de trabajo es, precisamente, conseguir resultados eficaces con las menores molestias posibles. Porque, en muchos casos, las labores se realizan mientras aún quedan empleados en las instalaciones. Sea como sea, tanto si la empresa de limpieza interviene al finalizar la jornada como si lo hace con parte del personal presente, necesita cumplir con cinco pilares básicos de la limpieza en oficinas.

Los cinco pilares del trabajo de las empresas de limpieza de oficinas

En Resolution, antes de iniciar cualquier tarea, analizamos a fondo los espacios y los deseos de los clientes que nos han elegido como empresa de limpieza. Solo así, podemos cumplir al 100% con las expectativas de los segundos y satisfacer las necesidades de los primeros. A grandes rasgos, esto es lo que se podría considerar como el primer paso de un protocolo de actuación. Con una lista de tareas bien ordenada, los profesionales pueden empezar a trabajar con la máxima eficacia y con todas las garantías de seguridad y calidad.

¿Qué tiene que incluir este protocolo o checklist de labores de limpieza? Todas las consideraciones que desgranamos a continuación:

  1. Una lista organizada de las tareas requeridas y de sus frecuencias. No es lo mismo la puesta a punto de los suelos de toda la oficina (muchas empresas exigen que se frieguen a diario) que el repaso de algunos rincones con poco uso o afluencia (podrían limpiarse una vez a la semana).
  2. Productos, técnicas y utensilios utilizados en cada sala y en cada superficie. Hay oficinas que cuentan con asientos tapizados, mesas metálicas o armarios de madera. En cada uno de ellos, es necesario aplicar diferentes métodos y limpiadores. Y todos deben aparecer perfectamente detallados en el plan de limpieza. Así, se trabaja mucho más rápido y sin posibilidad de error.
  3. Horarios. Este apartado debe indicar tanto los tiempos en los que se realizan cada una de las tareas (a primera hora de la mañana, después del cierre de la jornada, etc.) como la asignación de horas a cada uno de los operarios de la empresa de limpieza. Con ello, se garantiza un mínimo de organización y se evitan molestias a los trabajadores del centro.
  4. Labores de eliminación de residuos. La parte menos conocida de cualquier tarea de limpieza, pero que también debe ser prevista.  
  5. Control de los resultados y revisión del protocolo. Puede que, después de una primera estimación y cumplimiento de esta lista de limpieza, los profesionales responsables descubran que su plan no es tan eficiente como debería. Hay margen de modificación y de revisión del protocolo siempre que sea necesario tanto para la empresa de limpieza como para quien contrata sus servicios.   

Con estos mínimos de organización, los resultados eficientes están más que asegurados.

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